domingo, 7 de abril de 2013


Las salasacas rescatan sus historias
Hace 37 meses

Redacción Sierra Centro
En Salasaca, las mujeres hilan la lana de borrego por los caminos de tierra. En su caminar cuentan sus historias a sus hijos: Un cóndor sobrevolaba las faldas del volcán Tungurahua. Entonces, vio caminando por las montañas a una hermosa joven. Le arrebató de la Tierra y lunas más tarde nació el primer salasaca.
Van vestidas con anaco, blusa negra y sombrero verde o café. Llevan alpargatas y una bayeta (chal) rosada, lila o también verde. En sus espaldas algunas cargan a su bebé o el alimento de sus animales. Otras arrean un rebaño de ovejas.
Más encuentros
Las mujeres salasacas reconocieron a las líderes de su comunidad : Sonia Masaquiza, primera presidenta de la Junta Parroquial; Carmen Jerez, actual gobernadora de la comunidad; y Miriam Masaquiza, representante de la Fenocin.
El próximo taller se reali-
zará en Chibuleo. El sábado
pasado se efectuó en Pilahuín, oriente de Ambato.
Según Tania Navarrete, directora regional del Ministerio de Cultura, con los resultados de estos talleres se estudia la edición de un libro.Los más pequeños escuchan las leyendas y ellas siguen narrando en su andar. Se cree que en las orillas del río Pachanlica existen los uneguilles, bebés abandonados por sus madres, que la buscan durante las noches de Luna llena... muchos afirman que los han visto.
Todas llevan siempre la madeja de lana de borrego en sus manos, que está colocada en un palo largo y delgado y protegida con un pañuelo rojo. Rosario Chango dice que hilan desde los 12 años. Es una de las principales tareas que aprendemos en la comunidad, además de la crianza de los hijos y la conservación de las tradiciones, comentoChango en el taller Relatos de los pueblos indígenas desde las memorias femeninas, realizado la semana pasada en la Casa Comunal de la población.
Esta comunidad indígena de la provincia de Tungurahua está ubicada a 20 minutos de Ambato. Ahí las calles son angostas y de tierra. Las casas de adobe y tejas rojas están distanciadas por pocos metros; se ven separadas por cercas de grandes pencos, originarios de la zona con clima seco.
Chango, junto con otras 59 mujeres salasacas, asistió al taller organizado por Verónica Morales con el apoyo de la Dirección Regional del Ministerio de Cultura. El objetivo fue rescatar la labor de la mujer como recopiladora de historias. Los encuentros pretenden obtener información actual desde una visión femenina, dijo Morales.
Los talleres se están realizando en los cuatro pueblos indígenas de la provincia: Quisapincha, Salasaca, Chibuleo y Pilahuín.
El hilado es una de las principales responsabilidades que tienen las salasacas, pero no es la única. El pasado martes, Chango (39) se levantó a las 05:00. Preparó el desayuno para sus dos hijos y su esposo. Luego dio de comer a sus dos vacas y a su chancho. Cuando ya clareó fue a cosechar maíz y luego cocinó el almuerzo. A las 10:00 estuvo en el taller, siempre con su hilado.
Esta comunidad es reconocida por sus artesanías, especialmente por sus tejidos. Pero también porque confeccionan toda su vestimenta.
El encuentro se dividió en cinco temas: artesanías, familia, liderazgo, agricultura y fiestas. Se formaron grupos y se debía contar cómo participa la mujer en estos espacios.
Roberta Chagilla dirigía el grupo de la familia. Ella tiene 40 años y luce su cabello largo y lacio recogido en una cola, típico de las salasacas. Para ella, la familia es el pilar de la sociedad y las mujeres son su eje.
Los hombres de la población se dedican a la agricultura y al tejido. Aunque en la actualidad trabajan como albañiles en las ciudades cercanas. Por eso la mujer dirige la casa. Cocinamos, limpiamos, cuidamos a los animales, cosechamos, hilamos, tejemos y, claro, guardamos las historias como base de nuestra identidad.
Rosa Casco tiene 24 años. Ella guió la mesa de liderazgo motivando la participación de sus compañeras. Les recordó que únicamente desde el 2000 las mujeres participan en la organización política y cultural de la comunidad. Pero afirmó que han contribuido siempre.
El taller duró hasta pasado el mediodía y muchas de las asistentes por primera vez asumían la importancia de sus actividades. Chango arregló su cabello y agarró su hilar. La vida continúa en Salasaca y muchas historias aún no son contadas, dijo mientras hilaba.
Punto de vista
Conservamos las fiestas
Rebeca Masaquiza/ 40 años
Otro aspecto importante en la cultura salasaca son las fiestas. Aquí la principal es la de los caporales, en febrero. En ella participan todos los integrantes de la comunidad, más de 500 personas. Las mujeres cocinamos para todos, lo hacemos entre 15 madres, hijas, vecinas. Unas pelan los granos, otras cortan las papas y otras asan la carne.
Además, también desfilamos y bailamos. Por lo general salimos como doñas, personaje que antiguamente interpretaban los hombres; ahora ya no quieren. Salimos nosotras, especialmente las más jóvenes. Nuestras fiestas son tradicionales y muy importantes; los y las salasacas siempre buscamos conservarlas.

VESTIMENTA DE SALASACA


Vestimenta


Salasaca simboliza en su vestimenta su identidad distinta a los demá pueblos indígenas de la región. Se distinguen tres tipos de indumentaria: de diario, de ceremonias rituales y la vestimenta festiva.

El atuendo masculino se compone de: calzón o pantalón blanco de uso diario; antiguamente usaban el calzón de yerbabuena, con bordados en el botapié, que actualmente usan sólo en las fiestas más importantes como los matrimonios, fiestas comunales; dos ponchos: uno blanco que llevan dentro y otro negro que queda al exterior; rebozo morado en el cuello que sirve como bufanda; sombrero blanco, que los mayores usan a diario, los más jóvenes sólo usan durante las fiestas y cotidianamente llevan sombrero de paño, adornado con plumas; en la cintura llevan una faja de lana denominada chumbi, hay dos tipos de estas fajas la yanga chumbi que carece de diseños y lleva combinación de colores con motivos geométricos, la mananay chumbique tiene una serie de diseños figurativos separados por motivos ornamentales.

La indumentaria ritual en los varones se caracteriza por el pantalón blanco con bordado en el botapié, el poncho negro (y poncho blanco por dentro), el sombrero blanco adornado con plumas de colores. Cuando se disfrazan de danzantes, para cada fiesta usan un tipo distinto de indumentaria, sólo el pañuelo de color azul brillante, amarillo y rosado encendido con bordados de pavo real*, es usado comúnmente por los danzantes, por el novio y padrino en la ceremonia matrimonial.

La indumentaria femenina de diario se compone de: anaco negro y estrecho que llega hasta un punto intermedio entre la rodilla y el talón, sostenido por una faja llamada huarmi chumbi, dos bayetas de vara y media, una blanca lishta y otra oscura que cubre la espalda, las que se sostienen con el tupo o topo**; en el uso del sombrero ocurre lo mismo que con los varones, sólo las personas mayores aún usan el sombrero blanco y el pichu jirguita. En la vestimenta ritual sobresalen la ucupachallina, que es una especie de manta que llevan las mujeres sobre los hombros (la novia y la madrina en la ceremonia matrimonial). La vestimenta usada por la mujer en las diferentes fiestas no es muy distinta de la que llevan a diario, se caracteriza por ser nueva y porque el rebozo es de color blanco y cuyos bordes llevan adornos de borlas de lana de colores vistosos y llamativos.

Para manifestar luto y duelo por las personas muertas, por el lapso de dos semanas llevan hombres y mujeres un sombrero marrón, llamado chuculati sumirru; las mujeres además acostumbran usar por el tiempo de un año rebozo de color morado o negro.

* Existen personas determinadas las que alquilan los disfraces al igual que la vestimenta de los danzantes y la indumentaria de la ceremonia matrimonial.

** Franklin, Barriga López, Etnología Ecuatoriana, Vol. VIII Salasacas, Quito, Instituto de Crédito Educativo y Becas, 1988.
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Y no podía faltar Salasaca que es una ciudad y una parroquia en el cantón de Pelileo, provincia de Tungurahua.
La gente que vive allí es mayormente del pueblo indígena quichua.
Se encuentra localizada a 14 km al oriente de la ciudad de Ambato, en una llanura arenosa, se encuentra asentado el pueblo de Salasaca; es una población dispersa, forma parte del cantón San Pedro de Pelileo, parroquias García Moreno y Salasaca. Entre las actividades que realizan estas personas se encuentra: trabajar en  la tierra para producir comida que sirve para su propio consumo. Los cultivos más importantes son la papa y el maíz. El pueblo quichua Salasaca, se encuentra ubicado en la provincia de Tungurahua, en el centro de los Andes del Ecuador. Su población es de aproximadamente doce mil habitantes, hablan el idioma Kichwa. Están organizados en ayllus, integrado por el padre, madre y sus hijos y los hijos políticos. Los hijos desde muy temprana edad son miembros activos en las tareas de producción familiar.
Los kichwas Salasacas subsisten de la producción agrícola, ganadera y artesanal. Una de las expresiones culturales que identifica a los Salasacas es el tejido de tapices de diferentes motivos y diseños elaborados en telares manuales, los cuales relatan sus vivencias. La actividad agrícola es para su autoconsumo y se la realiza en dos pisos ecológicos, el alto y bajo. Los Salasaca, lugar en donde se encuentra una de las culturas indígenas más vibrantes de Ecuador. Los Salasaca, quienes son considerados mitimaes (grupos o pueblos enteros, trasladados en la época de los incas, hacia otros lugares totalmente distantes de su origen), probablemente de Bolivia, lugares que los incas conquistaron y luego desplazaron a la gente hacia el pie de la montaña Teligote, en la provincia de Tungurahua, actualmente en la mitad del camino de Ambato hacia Baños (la puerta al Amazonas).
Una parte del Parque Nacional Sangay se encuentra en espacios de la territorialidad del pueblo Salasaca y en su interior existen comunidades instaladas. Cuando hablamos del pueblo Salasaca, es necesario referirnos a Pelileo, pueblo ubicado entre Ambato y baños, a donde se llega por una carretera asfaltada, que va desde 2,100 a 4,700 msnm. La palabra Pelileo, tiene diferentes significados como “Laguna grande”, “Cacique poderoso”, “Fuerte como el rayo”, etc; la ciudad de Pelileo fue fundada por Don Antonio Clavijo en el año 1570; y fue declarada cantón el 22 de julio de 1860.  Además de sus bellos paisajes naturales, Pelileo presenta el atractivo de su artesanía de tejidos, madera, calzado y, sobre todo, la industria de jeans, que le han dado fama a la ciudad, y los cuales son muy apreciados por turistas nacionales y extranjeros.
Puedes disfrutar de tu estadía en el hotel Casino Emperador que realiza tours y paseos podrás realizar un recorrido en la ciudad y observar a los creativos artesanos que tejen sus sueños y transforman la lana en bellos tapices que muestran la riqueza cultural de los Salasacas. Sinfonía en azul, es la confección de jeans  en Pelileo, ciudad progresista desde donde se contempla la imponencia del volcán Tungurahua.
UNAS DE NUESTRAS  PRINCIPALES ATRACCIONES LAS ARTESANÍAS DE SALASACA

viernes, 5 de abril de 2013

AQUI TE DEJO UN VIDEO SOBRE NUESTRO SALASACA


Pueblo Salasaca Están ubicados en la provincia de Tungurahua, en los Andes centrales del Ecuador, pertenecen a la nacionalidad kichwa y hablan la lengua originaria del runa shimi. Sus fiestas tienen una especial esencia prehispánica en la que se recuerdan los míticos agradecimientos al INTY RAIMI, en cada uno de sus bailes, bebidas y vestimentas. Los turistas aprecian el alto grado de originalidad de los diseños y la finura de elaboración de los tejidos de los Salasacas los cuales son elaborados especialmente por las mujeres. En cada vivienda existe por lo menos un telar, en el cual tejen la lana de ovejas que ellos mismos lavan y tinturan con colores vegetales donde cada uno de los diseños, evoca a antiguos dioses Como es el Cerro sagrado de Teligote donde año tras año a finales del mes de agosto realizan peregrinaciones, en la cual los jóvenes Salasacas recolectan plantas para elaborar las tinturas con las cuales colorean sus vestidos, como también esencias y medicinas. El trueque que realizan con la comunidad de los Chibuleos; con los cuales intercambian sus alimentos, animales y artesanías. ACTIVIDADES: Paseo a caballo por la comunidad y la visita a talleres artesanales. Compartir con la comunidad actividades cotidianas de agricultura. SERVICIOS: La comida tradicional que es a base de varios tipos de maíz y su hospedaje comunitario cuenta con cabañas familiares tiene capacidad hasta para grupos de 12 personas. Salasacas mantienen tradiciones indígenas en Día de los Difuntos SALASACA, Tungurahua | Wilson Pinto Fotos Ver más SALASACA, Tungurahua. Colada morada, guaguas de pan y cuyes, son los principales alimentos que comparten las familias en su visita al cementerio. Comida y bebidas llevan las familias al cementerio para compartir con los difuntos. La parroquia Salasaca, del cantón Pelileo, al oriente de la provincia de Tungurahua, es la parroquia indígena en donde son más notorias las costumbres ancestrales para la recordación del Día de los Difuntos. Decenas de familias se reúnen al pie de las tumbas de sus seres queridos para compartir los alimentos que más les gustaban a quienes les antecedieron en la partida de este mundo, lo que acompañan con un vaso de vino. Desde muy temprano de cada 2 de noviembre comienzan a llegar al cementerio en vehículos o a pie desde diferentes partes, no solo de la parroquia, sino incluso de otras provincias del país y exterior. Todos llegan cargados de alimentos, los más comunes son cuy, conejo, papas, pan, mote y habas hasta reunirse todos los miembros de cada familia. Para servirse todos comparten de cada porción. Alrededor de quince miembros de la familia Masaquiza-Jerez asistieron al cementerio parroquial “para compartir no solo los alimentos, sino también alegría”, dijo Marcia Masaquiza, quien asegura que esta costumbre es anterior a la llegada de los españoles a América como una forma de venerar a quienes dejaron esta tierra. Explicó que para los pueblos indígenas, como el Salasaca, que aún conserva esta costumbre, la conmemoración del Día de los Difuntos es la relación con sus ancestros, la tierra, la divinidad y con todo lo que les permite estar en armonía con la vida misma, por lo que afirma que se sienten orgullosos de conservar las costumbres y tradiciones de los antepasados. Gloria Masaquiza también llegó cargando sus alimentos y acompañada por su hija Zoila Pilla y su nieta Cinthia Masaquiza, por lo que advierte que en Salasaca esta tradición se mantendrá en el tiempo, porque así como hicieron sus padres, ahora ella se encarga de transmitirla a su descendencia e igual espera que hagan con los que vendrán después. No obstante, al otro extremo de la provincia de Tungurahua, en la parroquia Santa Rosa, que también tiene influencia de población indígena, María Melchor Agualongo y Simón Chango, dicen que la modernidad le está ganando a las costumbres y tradiciones de los ancestros en el Día de los Difuntos, “casi ya nadie lleva la colada morada o las guaguas de pan para compartir con los muertos en las visitas al cementerio”, dijo. Chango aseguró que especialmente los jóvenes poco a poco se alejan de estas costumbres, advierte que ahora ni siquiera visitan los cementerios. “Antes cocinábamos cuyes, conejos, pan y colada morada para compartir con otras familias, pero en la actualidad apenas si se hace en cada familia”.
Salasaca es una parroquia en el cantón de Pelileo, provincia de Tungurahua, Ecuador. La gente que vive allí es mayormente del pueblo indígena quichua. La gente principalmente trabaja la tierra para producir comida para su propio consumo. Los cultivos más importantes son la papa y el maíz. El pueblo quichua Salasaca, se encuentra ubicado en la provincia de Tungurahua, en el centro de los Andes del Ecuador. Su población es de aproximadamente doce mil habitantes, hablan el idioma Kichwa. Están organizados en ayllus, integrado por el padre, madre y sus hijos y los hijos políticos. Los hijos desde muy temprana edad son miembros activos en las tareas de producción familiar. Los kichwas Salasacas subsisten de la producción agrícola, ganadera y artesanal. Una de las expresiones culturales que identifica a los Salasacas es el tejido de tapices de diferentes motivos y diseños elaborados en telares manuales, los cuales relatan sus vivencias. La actividad agrícola es para su autoconsumo y se la realiza en dos pisos ecológicos, el alto y bajo. El centro social para los Salasacas en la actualidad es la plaza central, allí se localizan la Casa Comunal, la Escuela, el Colegio, el Subcentro de Salud Pública, el Mercado Artesanal y algunos almacenes artesanales, entre otros.